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Los sistemas de seguridad han evolucionado y siguen evolucionando constantemente con el objetivo de ofrecer sofisticadas soluciones que sean capaces de proteger cualquier hogar o negocio. Una de las principales mejoras que se han incorporado es el detector volumétrico, pues ayuda a detectar a cualquier intruso con mayor precisión y velocidad. Así pues, a continuación, vamos a conocer a fondo qué son estos dispositivos y cómo una alarma con sensor volumétrico aporta una protección más completa.

¿Qué es un detector volumétrico?

Un detector o sensor volumétrico es un dispositivo electrónico que se encarga de detectar la presencia de intrusos en un espacio determinado. Para ello disponen de tecnología capaz de detectar cambios en el volumen –de ahí su denominación– del entorno, de manera que cuando esto sucede, avisan a la alarma, la cual se activa en caso de que la intrusión o el movimiento no estén autorizados.

Como se puede deducir, los sensores volumétricos son elementos esenciales en sistemas de seguridad residenciales, comerciales e industriales, dado que aportan una capa adicional de protección.

¿Cómo funciona un detector o sensor volumétrico en una alarma?

Antes de explicar el funcionamiento de una alarma volumétrica, hay que mencionar que no todos los detectores son iguales o utilizan la misma tecnología para llevar a cabo su misión. No en vano, en el mercado se pueden encontrar sensores que funcionan con infrarrojos pasivos, con microondas, con ultrasonidos o con láseres, por mencionar algunos.

Sea como fuere, el funcionamiento de un detector volumétrico siempre suele ser el mismo: en primer lugar, se emiten ondas de forma constante, de tal modo que cuando se topan con un objeto en movimiento –generalmente personas que se han colado en el inmueble sin permiso– rebotan en él y vuelven al detector, que a su vez se encarga de avisar a la alarma de que ha detectado una presencia inadecuada.

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Tipos de detectores volumétricos

Como acabamos de mencionar, no todos los sensores son iguales ni utilizan la misma tecnología. Si tenemos en cuenta este factor, hay que mencionar que los más habituales son los siguientes:

  • Detectores volumétricos por infrarrojos (PIR). En la actualidad son los más comunes y, como su denominación indica, funcionan mediante la detección de la radiación infrarroja emitida por el cuerpo humano. Así pues, cuando una persona, un animal o un objeto atraviesa el área vigilada, la temperatura del cuerpo extraño altera el patrón de radiación infrarroja, hecho que activa al sensor y desencadena la alarma.
  • Detectores volumétricos de microondas. En este caso, hablamos de sensores que se encargan de emitir ondas de microondas (electromagnéticas de alta frecuencia) para detectar el movimiento en el mismo momento en que dichas ondas se topan con un objeto no previsto.
  • Detectores volumétricos de ultrasonidos. Estos dispositivos utilizan ondas de ultrasonido para la misma función de detección de intrusos. En este caso se consigue a partir de la escucha de los ecos reflejados que se crean con la presencia de un objeto en movimiento dentro del área vigilada.
  • Detectores volumétricos duales. Estos sensores combinan dos tecnologías diferentes con el objetivo de proporcionar una mayor precisión en la detección de movimiento.

Por otro lado, si tomamos como referencia su método de instalación, hay que mencionar otros tipos: los de interior, diseñados para proteger áreas como salas, pasillos y habitaciones; y los de exterior, que cuentan con una mayor robustez de cara a resistir las condiciones climáticas adversas propias de áreas exteriores. Aparte hay otros como los detectores de techo o los de perímetro, por poner solo un par de ejemplos más.

Ventajas de los sensores volumétricos

Es importante que una alarma cuente con un detector volumétrico por diversas razones que exponemos a continuación:

  • Aumenta la seguridad. Las alarmas antirrobo con sensor volumétrico aportan un plus de protección, ya que mejora la detección de intrusos incluso antes de que lleven a cabo cualquier robo, logrando así una respuesta temprana más rápida y eficiente.
  • Efecto disuasorio. La simple presencia de detectores volumétricos consigue disuadir a los intrusos de intentar adentrarse en la propiedad.
  • Sencillez de instalación. La instalación de los detectores volumétricos es relativamente fácil, aunque siempre es mejor que de ella se encarguen profesionales de la seguridad.
  • Reducción de falsas alarmas. Son capaces de reconocer algunos eventos que no requieren el interés de los propietarios, de modo que se consiguen reducir las interrupciones innecesarias.
  • Flexibilidad y versatilidad. Como hemos visto, estos sensores están disponibles en una gran variedad de tipos y configuraciones, lo que permite adaptar el sistema de seguridad a las necesidades específicas de cada entorno y situación.
  • Bajo consumo de energía. Los detectores volumétricos suelen consumir poca energía.
  • Amplia cobertura amplia. Algunos detectores están preparados para cubrir áreas de gran tamaño. Esto reduce la cantidad de equipos que son necesarios para proteger un espacio.
  • Integración con otros sistemas de seguridad. No solo se integran con facilidad con otros sistemas de seguridad, sino que es recomendable que se instalen junto a cámaras de videovigilancia y sistemas de control de acceso.

¿Cómo actúa el sensor volumétrico con tu alarma?

Tal y como hemos explicado con antelación, cuando un sensor volumétrico detecta movimiento, envía una señal al panel de control de la alarma, el cual verifica la señal y, si se confirma la presencia de un intruso, activa dicha alarma. De este modo, puede sonar una sirena que ahuyente a los delincuentes o que un aviso sea enviado a una Central Receptora de Alarmas donde se encargaran de gestionar la respuesta ante la intrusión.

¿Qué tipo de sensor volumétrico instalar?

La amplia variedad de modelos de alarma con sensor volumétrico hace que sean numerosas las opciones para el usuario. Por lo tanto, convenir si uno es más o menos adecuado dependerá de diversos factores, tales como el tamaño del área que se desea proteger, el tipo de entorno (interior o exterior), la presencia de mascotas y, claro está, el presupuesto disponible.

Por lo tanto, resulta recomendable evaluar exhaustivamente las necesidades de seguridad con antelación, considerando aspectos como la cobertura requerida, las condiciones ambientales y otras características adicionales como la opción de ajustar la sensibilidad y la capacidad de controlar la dirección.

En este sentido, contar con la opinión de especialistas siempre es aconsejable, pues de ese modo se podrá obtener la mejor protección posible de una propiedad.