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En numerosas ocasiones hemos apuntado la importancia de la seguridad en nuestro entorno, tanto en el hogar como en los negocios. La protección de nuestros bienes, de la información y, sobre todo, de las personas es esencial, por lo que resulta necesario contar con las mejores herramientas si queremos conseguir una seguridad global y holística. En este contexto, los sistemas de seguridad integral suponen la solución más efectiva y completa para abordar todo tipo de amenazas, puesto que en ellos se abordan elementos legales, económicos, técnicos y, claro está, humanos. De hecho, la involucración de las personas en la estrategia de protección tiene una importancia capital para que esta funcione de una manera óptima.

¿En qué consiste un sistema integrado de seguridad?

Para definir un sistema de seguridad integral hemos de fijarnos en su propia denominación, ya que la palabra “integral” expone a la perfección en qué consiste. A fin de cuentas, estamos hablando de un sistema que combina diversas tecnologías y estrategias para proporcionar una protección completa en cualquier ámbito. Como acabamos de apuntar, el enfoque que se realiza de la seguridad es holístico y va más allá de la simple instalación de dispositivos individuales, ya sean físicos o digitales. Y es que un sistema integrado de seguridad también debe tener en cuenta los posibles ataques que se producen en y desde el ciberespacio. No en vano, la digitalización ha crecido de tal modo tanto en el hogar interconectado, como en las empresas, que además de proporcionar múltiples beneficios en el día a día, también atrae las miradas de los delincuentes que buscan cualquier posibilidad para llevar a cabo sus fechorías.

Para concretar aún más en qué consiste un sistema integrado de seguridad, nos podemos fijar en las siguientes cualidades:

  • Integración de tecnologías físicas y digitales. Como acabamos de mencionar, la convergencia de tecnologías físicas y digitales es fundamental para lograr la mejor protección. Esto implica la incorporación de dispositivos como cámaras de seguridad, sensores de movimiento y cerraduras electrónicas, junto a sistemas digitales, como software de monitorización, análisis de datos y control remoto. De este modo es posible lograr una protección más completa que sea capaz de adaptarse a las diferentes situaciones.
  • Gestión centralizada. Los sistemas integrados deben supervisarse y controlarse desde una única plataforma, ya que la estrategia ha de estar unificada a todos los niveles. De esa manera también se facilita cualquier tipo de actualización de los sistemas, así como el mantenimiento en su conjunto.
  • Escalabilidad. En tercer lugar, un sistema de seguridad integral tiene que poder adaptarse a las necesidades cambiantes del entorno que se desea proteger. La capacidad de integrar nuevas tecnologías y expandir la cobertura –escalabilidad–, garantiza su efectividad a largo plazo.

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Principales características de un sistema integrado de seguridad

La principal característica de un sistema integrado de seguridad es su capacidad para trascender los enfoques más convencionales de la protección caracterizados por estar formados por “compartimentos estancos”. Pero eso no es todo, hay otras características habituales en este tipo de estrategias:

  • Dispositivos interconectados. Como se puede suponer, la interconexión es la piedra angular de este tipo de sistemas, ya que la clave es que los diferentes dispositivos sean capaces de compartir datos para lograr una mejor respuesta coordinada.
  • Procesos automatizados. De igual modo, la automatización es un elemento esencial para lograr una mayor eficiencia operativa. En este tipo de sistemas se han de automatizar procesos como la monitorización en tiempo real, la gestión de los accesos y la respuesta frente a cualquier tipo de evento (intento de intrusión, inundación, incendio…).
  • Análisis de la información. Otra característica de los sistemas de seguridad integral es que suelen ofrecer la capacidad para analizar los datos recogidos por fuentes como las cámaras, los sensores, los controles de acceso, etc.

Todo ello se traduce en sistemas totalmente personalizados para cada hogar o negocio, alejándose de cualquier propuesta basada en una solución estándar.

Beneficios de un sistema de seguridad integral

Como cabe esperar, la implementación de un sistema de seguridad integral proporciona diversos beneficios que es importante señalar y que abarcan desde la prevención de incidentes hasta la mejora de la gestión de la protección.

  • Mayor eficacia. La integración de tecnologías y la capacidad de análisis de la información desemboca en una mayor agilidad para detectar posibles amenazas antes de que sucedan. Así pues, ofrece una mayor eficacia en la prevención de incidentes y, como consecuencia, una eficiencia superior a otros sistemas que no son integrales.
  • Respuesta más rápida y coordinada. La existencia de una gestión centralizada, la interconexión de dispositivos y el trabajo que llevan a cabo profesionales de la seguridad permiten una respuesta rápida y coordinada ante cualquier intento de intrusión u otros eventos que ponen en peligro un inmueble.
  • Gestión de recursos optimizada. El análisis de datos y la interconexión de todas las partes que forman el sistema mejoran la gestión operativa, pues se consigue una asignación de recursos más adecuada y hace posible una planificación más efectiva de la estrategia, ayudando así al proceso de toma de decisiones.
  • Reducción de costes a largo plazo. Aunque la inversión inicial puede ser superior, los sistemas de seguridad integrales generan ahorros a largo plazo, dado que la automatización de los procesos disminuye los gastos de planificación. Asimismo, el aumento del nivel de protección y la naturaleza proactiva de estos sistemas frente a posibles amenazas asegura una reducción de las pérdidas materiales o de las interrupciones operativas en el caso de las empresas

Los sistemas de seguridad más comunes

Dentro del amplio espectro de sistemas de seguridad integrales, los más comunes que podemos apuntar son los siguientes:

  • Sistemas de videovigilancia. Uso de cámaras de seguridad con capacidades de alta definición, análisis de vídeo y seguimiento automático.
  • Controles de acceso biométrico. Este sistema utiliza características únicas como huellas dactilares, reconocimiento facial o escaneo de iris, de manera que son muy efectivos para evitar la falsificación de credenciales.
  • Sistemas de alarma conectados a una CRA (central receptora de alarmas). Sin lugar a dudas es el sistema de seguridad más común gracias a las posibilidades que proporciona a los usuarios y a por su gran efectividad para evitar todo tipo de intrusiones.

En definitiva, un sistema de seguridad integral es un claro ejemplo de la evolución en la protección de entornos. Y claro está, en un panorama en constante cambio, la capacidad de adaptación y la integración de tecnologías emergentes son fundamentales para enfrentar los desafíos que se presenten.