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Los seísmos son, sin lugar a dudas, uno de los fenómenos naturales más peligrosos que existen. Cuando la corteza terrestre comienza a moverse, el ser humano está expuesto a una fuerza de la naturaleza de tal magnitud que solo puede intentar protegerse lo mejor posible y preguntarse “¿qué hacer si hay un terremoto?”.

Los seísmos son, sin lugar a dudas, uno de los fenómenos naturales más peligrosos que existen. Cuando la corteza terrestre comienza a moverse, el ser humano está expuesto a una fuerza de la naturaleza de tal magnitud que solo puede intentar protegerse lo mejor posible y preguntarse “¿qué hacer si hay un terremoto?”.

¿Qué hacer durante un terremoto?

El origen de los terremotos se encuentra en la fricción que se produce entre las placas tectónicas, de modo que los lugares más peligrosos del mundo son los que se encuentran en estos límites. Es por ello, que existen zonas donde se producen múltiples movimientos sísmicos. No en vano, la población que reside en ellas, no solo está habituada a sentir temblores, sino que probablemente conozcan las recomendaciones más habituales en caso de que se produzca un terremoto. Para que cualquiera sepa cómo actuar en el caso de un movimiento de tierra, a continuación exponemos qué hay que hacer para mantenerse lo más seguros que sea posible.

En el interior

Si cuando se produce el seísmo nos encontramos en el interior de un edificio, básicamente hay que seguir tres instrucciones básicas:

  • Agacharse. En el momento en que comienzan los temblores hay que agacharse y apoyarse en el suelo con rodillas y manos, ya que así se evita una posible caída por perder el equilibrio. Si hay alguna mesa resistente, conviene situarse debajo, porque servirá como escudo ante los objetos que caigan.
  • Cubrirse. A continuación, cuando se haya encontrado un lugar donde protegerse, es necesario cubrir tanto la cabeza como el cuello, utilizando para ello los brazos y las manos.
  • Agarrarse. Finalmente, si la persona se halla bajo una mesa o cualquier otro elemento que sirva de resguardo, hay que agarrarse a él (por ejemplo, a una de las patas).

Cuando el terremoto nos sorprenda en el interior de un inmueble, hay que alejarse de las zonas en las que haya más objetos susceptibles de caer. Asimismo, en el caso de estar en la cama, lo más adecuado será permanecer sobre el colchón y proteger la cabeza con la almohada. Además, no es recomendable situarse bajo el marco de una puerta ni junto a una ventana.

En el exterior

Puede darse el caso de que el terremoto comience cuando estemos en el exterior. Si se da este escenario, los principales consejos son los siguientes:

  • En lugares muy concurridos, lo mejor será agacharse, cubrirse y agarrarse, como hemos expuesto anteriormente, ya que el pánico generalizado podría ser aún más peligroso.
  • Conviene alejarse de los edificios y de los cables eléctricos para evitar que nada nos golpee. Igualmente, hay que evitar los socavones y las tuberías que queden al aire. 
  • Si nos encontramos en pleno campo, hay que alejarse de los árboles y esperar en una zona abierta. Allí nos debemos agachar y proteger.
  • En caso de estar conduciendo, habrá que detener el vehículo rápidamente y en un lugar seguro. Después aguardaremos en el interior con el freno de mano echado.

Finalmente, hay que destacar que, ya sea en el interior o en el exterior, lo primordial será mantener la calma para tomar las decisiones más acertadas. El miedo es lógico, pero, aun así, hay que interiorizar estas recomendaciones y llevarlas a cabo.

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¿Qué hacer después de un terremoto?

Por otro lado, aunque se tenga claro qué hacer si hay un terremoto, tanto o más importante es saber cómo reaccionar una vez que ha pasado, ya que hay peligros que persisten. En primer lugar, hemos de tener en cuenta que pueden producirse réplicas, con lo que no hay que bajar la guardia. Asimismo, existen otras recomendaciones que conviene conocer: 

  • En caso de quedar atrapados, existen varias opciones. La más sencilla es avisar mediante un mensaje si tenemos nuestro teléfono móvil. Si no es así o si no hay cobertura, habrá que golpear alguna zona metálica con un objeto. Es más, de cara a prepararse ante un posible seísmo, conviene tener algún silbato en el hogar, ya que facilitará una posible búsqueda.
  • Es probable que se levante mucho polvo, con lo que deberemos taparnos las fosas nasales, la boca y los ojos para protegernos.
  • Hay que mantener la distancia de las edificaciones que presentan daños y, si estamos dentro de una, nunca utilizar el ascensor para abandonarla, puesto que probablemente haya sufrido desperfectos y resultará muy peligroso.
  • Cuando se produce un terremoto cerca de la costa, es probable que venga acompañado de un tsunami que llegará poco después. Por lo tanto, habrá que alejarse de la línea de costa lo máximo posible y ascender a una zona elevada.
  • En caso de necesitar luz, optar siempre por linternas. Encender fuego para prender una vela puede ser catastrófico si se ha producido un escape de gas. Por ello, también habrá que cerrar las llaves de paso de agua, electricidad y gas.
  • Finalmente, si hay heridos, no se les debe mover hasta que lleguen las asistencias médicas.

Además de estos consejos, se deben seguir a rajatabla las instrucciones de las autoridades y los organismos oficiales, ya que pondrán en marcha un protocolo para recuperar la normalidad en el menor tiempo posible y minimizando las pérdidas humanas y económicas.

¿Qué hacer para prevenir daños ante un terremoto?

En este punto, nos podemos hacer otra pregunta relacionada con sufrir un seísmo: ¿se puede hacer algo para prevenir los daños? Obviamente, esta es una cuestión habitual en las áreas con mayor riesgo de que suceda. No en vano, los criterios arquitectónicos de por sí son diferentes a los empleados en zonas sin apenas historial sísmico. 

Y la respuesta vuelve a ser afirmativa. Existen algunas recomendaciones que permiten a los habitantes de las áreas más tensionadas prepararse en la medida de sus posibilidades:

  • Fijar todo lo que se pueda caer como consecuencia de un movimiento del terreno.
  • No colocar objetos voluminosos y pesados en las alturas.
  • Contar con algún tipo de extintor en el inmueble, por si produce algún incendio.
  • Fijar los electrodomésticos con materiales resistentes.
  • No colocar cuadros o espejos pesados en las paredes que se hallen junto a los sofás o las camas.
  • Inspeccionar a menudo la seguridad en casa o en el negocio.
  • Revisar el estado de los tejados.

Asimismo, en el momento en que se produzca un aviso de posible terremoto, es aconsejable cortar los suministros de la luz, del agua y del gas. En definitiva, todas estas recomendaciones son lógicas si se tiene en cuenta el peligro que supone un seísmo; sin duda, un evento natural que en el nivel superior de la escala de Richter puede ser catastrófico.