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La protección contra el fuego es un aspecto que ha de ser tenido muy en cuenta si se quieren evitar daños materiales y personales. Y no solo en el ámbito de los negocios, donde la normativa vigente exige la instalación y mantenimiento de extintores o la realización de simulacros de incendio, sino también y especialmente en el hogar. Aquí se producen aproximadamente el 71% del total de los fuegos y, si bien no hay ninguna norma que obligue a disponer de elementos de protección específicos, es muy recomendable contar con ellos. En el año 2018, perdieron la vida 123 personas en incendios en su propia casa y, posiblemente, muchas de ellas podrían haberse salvado de haber contado con el equipamiento necesario.

Instalación de extintores: ¿en qué consiste?

Los extintores son los elementos de protección contra incendios más elementales con los que se debe contar para estar debidamente protegidos.

En el ámbito de los negocios, en las zonas comunes de edificios de vecinos o en los lugares públicos, es obligatorio recurrir a empresas especializadas que se ocupen de su instalación y mantenimiento regular. En el ámbito doméstico, si bien se pueden adquirir por cuenta propia y para uso personal en diversos comercios, lo más recomendable sería recurrir también a especialistas.

Los profesionales de este campo se cerciorarán de que se dispone de una cantidad suficiente de extintores en relación al tamaño del inmueble, de que estos se emplazan en lugares estratégicos teniendo en cuenta factores como las salidas de emergencia y las rutas de evacuación, de que son visibles y están correctamente señalizados o, incluso, de detalles como la altura a la que están colgados para que puedan ser alcanzados por todo tipo de personas. Asimismo, y ya que no es lo mismo proteger un recinto industrial, un apartamento o una oficina, se encargarán de seleccionar el modelo de extintor más adecuado en cada caso, eligiendo el tamaño idóneo o el tipo de compuesto “matafuegos” más efectivo (espuma, polvo seco, CO2…).

Proceso de mantenimiento de los extintores

Los extintores han de ser revisados y sometidos a procesos de mantenimiento de manera regular para asegurar que, en caso de que fuera necesario, su funcionamiento será el óptimo.

Este mantenimiento se realiza tanto por parte del dueño del extintor, como por parte de los profesionales de las empresas autorizadas.

El propietario del equipo deberá realizar una revisión cada tres meses, comprobando aspectos como la correcta señalización, la legibilidad de la cartelería o la accesibilidad (asegurándose de que no hay ningún elemento bloqueando el acceso, por ejemplo), verificando que dispone de la suficiente cantidad de carga o que no existen desperfectos perceptibles en las mangueras, válvulas y demás componentes.

Por su parte, la empresa autorizada deberá realizar una inspección mucho más exhaustiva una vez al año, revisando a fondo todos los elementos del extintor, asegurándose de que son capaces de expulsar los compuestos “matafuegos” con la presión adecuada o de que dichos compuestos están en buenas condiciones. Además, deberán indicar la fecha de la última revisión y cuándo tendrá lugar la siguiente.

Todos estos procesos aseguran que los extintores funcionarán de la manera esperada en el desafortunado caso de que se requiera hacer uso de ellos.

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