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Aunque pueda parecer algo obvio cuando hablamos de la seguridad de un inmueble, la puerta debe ser un elemento esencial para que la protección sea lo más completa posible. No en vano, conocer las técnicas sobre cómo asegurar una puerta por dentro es tanto o más importante que reforzar la zona exterior. A fin de cuentas, es el punto de acceso a nuestro hogar o nuestro negocio y, por lo tanto, suele presentar una mayor vulnerabilidad que tratan de aprovechar los posibles intrusos.

¿Por qué es necesario asegurar las puertas?

La respuesta más correcta a esta pregunta es que si no aseguramos la puerta debidamente, de poco servirán otras medidas de seguridad, ya que estaremos dejando vía libre a los delincuentes para llevar a cabo sus fechorías. Si contamos con un sistema de alarma y los intrusos saben que la puerta es endeble y presentará poca resistencia, la disuasión será menor pues pueden llegar a pensar que el robo puede llevarse a cabo incluso antes de que lleguen las autoridades. En cambio, con una puerta robusta, es probable que se lo piensen dos veces antes de cometer el delito.

Por lo tanto, si pensamos en razones por las que es necesario asegurar una puerta, podemos enumerar la protección contra robos, el aumento de la seguridad personal, así como la garantía de privacidad e intimidad para los residentes de una casa.

Métodos para bloquear puerta desde dentro

No hay que remontarse a la Antigüedad para explicar la importancia de contar con puertas resistentes, capaces de evitar cualquier acceso no permitido. A lo largo de la historia las técnicas para mejorar su seguridad han evolucionado y mejorado ostensiblemente hasta nuestros días, en los que cualquier persona puede disponer de los medios suficientes para asegurar una puerta por dentro.

Entre los métodos más habituales para conseguir un bloqueo efectivo de una puerta, hay que mencionar los siguientes. Cada uno de ellos tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y claro está, de su calidad depende también su efectividad.

  1. Poner una cerradura

Cualquier puerta que deba permanecer cerrada debe contar con una cerradura o con un cerrojo que le impida ser abierta en cualquier momento. Como hemos apuntado, la tecnología de la seguridad ha avanzado a lo largo de los siglos, tanto como las prácticas de los ladrones, de modo que se siguen investigando nuevas modalidades de cerraduras. Algunas de las que más se usan son las siguientes:

  • Cerraduras de cilindro. Son las más comunes para puertas exteriores. Utilizan un cilindro que gira con una llave para activar el mecanismo de bloqueo.
  • Cerraduras de pomo. Mucho más simples que las anteriores, se caracterizan por una sencilla instalación y por ofrecer un menor nivel de seguridad.
  • Cerraduras multipunto. Como su nombre indica, bloquean la puerta en varios puntos, lo que las hace más resistentes.
  • Cerraduras electrónicas. Controlan el acceso a través de métodos como códigos PIN, tarjetas de acceso, huellas dactilares o incluso Bluetooth. Estas cerraduras también pueden ser “inteligentes” cuando se controlan a través de dispositivos móviles, permitiendo funciones adicionales como la apertura remota, la integración con los sistemas de domótica y la capacidad de recibir notificaciones en tiempo real sobre la actividad de la puerta.
  • Cerraduras antibumping. Están especialmente diseñadas para resistir el método de robo conocido como bumping, en el cual se emplea una llave especial y un golpe seco para abrir la cerradura sin necesidad de la llave original.
  1. Instalar un cerrojo

Es otra de las medidas más comunes para mejorar la seguridad de una puerta. Y como ocurre en el caso de las cerraduras, también hay varios tipos de cerrojos.

  • Cerrojo de sobreponer. Se monta en la superficie interior de la puerta y se puede cerrar con una llave desde el interior y el exterior. Es fácil de instalar.
  • Cerrojo de embutir. Se instala dentro del canto de la puerta, quedando oculto cuando la puerta está cerrada. Ofrece un aspecto más estético y puede ser más difícil de forzar desde el exterior.
  • Cerrojo de cadena. El clásico cerrojo con una cadena metálica que se engancha a la puerta y al marco, permitiendo abrir la puerta sólo lo suficiente para hablar con alguien en el exterior o para ver quién llama.
  • Cerrojo de seguridad. Diseñado para proporcionar una protección adicional contra intrusiones. Suele tener mecanismos internos más robustos e incluir otros elementos como pernos de seguridad o barras anti-palanca.
  • Cerrojo electrónico. Similar a las cerraduras electrónicas, únicamente permite el acceso a través de métodos como códigos PIN, tarjetas de acceso, huellas dactilares, etc.
  • Cerrojo antipánico. Se emplea en puertas de emergencia o salidas de edificios públicos y su objetivo es permitir abrir la puerta fácilmente desde el interior empujando un botón o una barra horizontal, sin necesidad de utilizar una llave.
  1. Optar por barras de seguridad

El tercer método que tenemos que señalar son las barras de seguridad que se colocan para impedir que la puerta ser derribada o forzada. Entre los tipos más utilizados hemos de mencionar:

  • Barras de seguridad telescópicas. Este modelo puede ajustarse a diferentes medidas de puerta.
  • Barras de seguridad fijas. Suelen ofrecer un mayor nivel de seguridad que las barras telescópicas, pero tienen una instalación más complicada.
  • Barras de suelo. Se colocan en el suelo detrás de la puerta para evitar que se abra desde el exterior. Estas barras son robustas y difíciles de mover.
  • Barras de bloqueo de puertas. En este caso se sitúan en la parte superior de la puerta para evitar que se abra desde el exterior.
  1. Otros métodos:

Además de los anteriores podemos añadir otros elementos que permiten asegurar una puerta por dentro: los pestillos, cuñas para puertas y los refuerzos de marco de puerta, ya sean metálicos o de acero.

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Alarmas antirrobo para una mayor seguridad

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, cualquier sistema de seguridad debe contar con diversos elementos que mejoren su eficacia. Y el que no puede faltar es una alarma, ya que es el sistema principal que, en este caso, completa a cualquier puerta perfectamente asegurada.

En el momento de elegir una alarma antirrobo, el usuario debe considerar las necesidades del inmueble y qué es lo que realmente necesita. No obstante, la mejor opción son aquellas que están conectadas a una Central Receptora de Alarmas, ya que proporcionan una seguridad 24×7 por parte de un equipo de profesionales de la seguridad.

Un buen ejemplo de ello es la Alarma ZeroVision, cuyo funcionamiento dificulta cualquier actividad delictiva: cuando el intruso hace saltar la alarma, esta envía una alerta a la Central Receptora de Alarmas de Securitas Direct, donde se atiende la alerta y se verifica que se está produciendo un intento de intrusión. A continuación se avisa a las fuerzas de seguridad y se activa ZeroVision, que genera una situación de visibilidad cero que impide la visión al intruso.

Para finalizar, hemos de recordar que a la hora de asegurar una puerta no se debe olvidar el mantenimiento de las cerraduras y cerrojos, pues han de estar siempre en buen estado.