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En numerosas ocasiones hemos visto en el cine cómo un sistema de seguridad se iba al traste después de que los intrusos de turno cortaran la electricidad para colarse furtivamente en una casa o una empresa. Sin embargo, esto no siempre se ajusta a la realidad, puesto que hay opciones de contar con un servicio de alarma sin electricidad, de manera que siga realizando su labor de vigilancia incluso si se va la luz. Sobre todo ello vamos a hablar en las siguientes líneas, pues contar con protección aun cuando nos quedamos sin energía en el inmueble es una gran ventaja.

¿Qué es una alarma sin electricidad?

Una alarma sin electricidad también es conocida como alarma autónoma o independiente de la red eléctrica. Por lo tanto, estamos hablando de un sistema de seguridad diseñado para operar sin tener que estar conectado a la corriente eléctrica convencional. No en vano, son alarmas que suelen estar alimentadas por baterías recargables o pilas, lo que las convierte en una opción sumamente recomendable para aquellos lugares donde los cortes de luz son frecuentes, donde es requerida una mayor seguridad o si se encuentran alejados de otras edificaciones, tales como depósitos, casetas de campo, etc.

¿Cómo funciona una alarma sin electricidad?

Como cabe esperar, el funcionamiento de una alarma sin electricidad se basa en la energía almacenada en sus baterías o pilas. Para que este funcionamiento sea aún más eficiente y duradero, suelen estar equipadas con elementos electrónicos que se caracterizan por ofrecer consumir lo mínimo posible.

Más allá de la fuente de la que extraen la energía para llevar a cabo su labor de protección, los sistemas de alarma capaces de funcionar sin luz ni internet no difieren de cualquier otro en su manera de operar. Así pues, en caso de intrusión, detectan el movimiento o la presencia de alguien sin permiso y se encargan de avisar a una central receptora de alarmas o, en caso de no contar con este servicio, al propietario del inmueble. Asimismo, es probable que pongan en marcha un aviso sonoro para disuadir a los intrusos de perpetrar el delito.

Requisitos para la instalación de alarmas autónomas

A la hora de instalar una alarma sin electricidad es necesario tener presentes algunos aspectos para que sea lo más eficaz posible:

  • Ubicación estratégica de los componentes. Por supuesto, es fundamental colocar los sensores y detectores en lugares estratégicos si queremos maximizar su eficacia y, a su vez, minimizar falsas alarmas.
  • Baterías. Este tipo de alarmas debe tener baterías de alta capacidad que duren varios días sin necesidad de recargarse. En este sentido, es importante que los dispositivos tengan un diseño que facilite el acceso para realizar un rápido cambio de componentes cuando sea necesario.
  • Compatibilidad con otros sistemas de seguridad. Como ya hemos contado en otras ocasiones, es muy importante disponer de un sistema de seguridad holístico. Por eso, muchas alarmas autónomas tienen la capacidad de integrarse con otros dispositivos tales como cámaras de vigilancia o sistemas de monitorización remoto.
  • Mantenimiento regular. Al igual que con cualquier otro sistema, es importante realizar un mantenimiento habitual si queremos para garantizar un correcto funcionamiento en todo momento.
  • Cobertura móvil. Aunque la alarma no esté conectada a internet, es importante que haya cobertura en la zona donde está instalada de cara a poder enviar la señal pertinente a la CRA o al propietario. Eso sí, si además dispone de conexión a internet, mejor que mejor.

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Ventajas de las alarmas independientes de la electricidad

Una vez evaluados los requisitos necesarios para instalar una alarma que pueda trabajar sin luz ni internet, es el momento de apuntar cuáles son las principales ventajas de optar por ella:

  • Seguridad permanente. Al no depender de la corriente eléctrica, estas alarmas siguen operativas durante los cortes de energía, asegurando una protección continua del hogar, de la parcela o del negocio.
  • Instalación sencilla. No requieren de cables o conexiones eléctricas complicadas, lo que simplifica su instalación. No obstante, siempre es mejor contar con el asesoramiento de especialistas, tanto para sopesar cuál es el mejor lugar para colocarla, como para asegurarnos de que la instalación es correcta.
  • Mantenimiento sencillo en el que la principal acción es recargar las baterías de forma periódica.
  • Portabilidad. Precisamente al no estar fijadas a una fuente de alimentación eléctrica, pueden ser reubicadas con facilidad, lo que aporta una gran flexibilidad al usuario.

¿Dónde es mejor poner una alarma sin electricidad?

Ya hemos mencionado con antelación cuáles son algunas ubicaciones en las que resulta adecuado optar por la instalación de estas alarmas. A continuación, incidimos en los lugares donde pueden realizar una gran labor:

  • Casas de campo o segundas residencias donde los cortes de luz sean frecuentes.
  • Viviendas en zonas rurales en las que haya poca cobertura de internet.
  • Negocios que sean susceptibles de sufrir cortes de luz por parte de posibles intrusos.

A esto hay que añadir que la colocación en el inmueble debe regirse por los mismos parámetros que las alarmas habituales, es decir: en las entradas principales –sensores de movimiento y detectores de apertura en puertas y ventanas–, en los puntos considerados más vulnerables por ser de fácil acceso o por tener poca iluminación, y en áreas del exterior donde el acceso resulte más sencillo para posibles delincuentes.

¿Qué detectores opcionales podemos añadir a nuestra alarma sin electricidad?

En Securitas Direct consideramos que la estrategia de seguridad debe ser lo más completa posible, de manera que a la alarma se le puedan añadir otros dispositivos adicionales que lleven la protección del inmueble a un nivel todavía más elevado. Entre ellos podemos destacar los siguientes:

Estos son solo algunos de los elementos que ayudan a que la alarma sin electricidad resulte más efectiva. De hecho, uno de los consejos más importantes cuando se lleva a cabo su instalación es asegurarse de que cumple con todos los requisitos de seguridad, de que se adapta a las necesidades y el presupuesto del usuario y, claro está, de que las baterías siempre se encuentren debidamente cargadas. De lo contrario, será aún peor que quedarse sin electricidad.