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Hoy en día es posible encontrar en diversas tiendas, tanto on-line como físicas, todo tipo de dispositivos enfocados a la seguridad en el hogar a precios bastante asequibles. Uno de los más populares, quizás sea la alarma portátil: un sencillo sistema que puede llevarse fácilmente de una estancia a otra (o de un inmueble a otro) y que es capaz, dentro de unas limitaciones, de avisar si capta la presencia de alguien en las inmediaciones.

Elementos de una alarma portátil

Las alarmas portátiles, precisamente para hacer honor a su nombre, suelen ser bastante compactas y ligeras. En general, se componen fundamentalmente de dos elementos básicos:

  1. Sensor: Los sensores de las alarmas portátiles suelen ser bastante rudimentarios. Normalmente se basan en la mera detección de movimiento. Suelen emplazarse en las puertas o ventanas de los lugares que se desean proteger para captar cuando alguien pasa cerca de su radio de acción.
  2. Sirena: Conectada al sensor, emitirá un sonido de alerta si se detecta la presencia de un intruso.

Dependiendo del grado de sofisticación de estas alarmas portátiles, algunas tienen la función de envío de notificaciones a través de internet al teléfono móvil del usuario en caso de que capten algo sospechoso. Incluso pueden incluir algún tipo de cámara (normalmente de baja calidad) capaz de emitir imágenes en directo de lo que ocurre en el interior de la vivienda.

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Ventajas y desventajas de una alarma portátil

Las principales ventajas de las alarmas portátiles son dos: su portabilidad (como su propio nombre indica) y su precio.

La portabilidad implica que puedes llevarte la alarma contigo si te mudas o te vas a pasar unos días a una segunda residencia sin necesidad de realizar una instalación de mayor complejidad y sin necesidad de recurrir a expertos.

El precio, además, suele ser bastante más bajo que el de una alarma convencional. Pueden encontrarse alarmas portátiles muy económicas en diversos e-commerces, lo cual anima a mucha gente a hacerse con una.

La principal desventaja es, como cabe esperar, su menor efectividad. En general, son muchísimo más fáciles de burlar e incluso de desactivar, y cualquier ladrón con cierto grado de experiencia será capaz de colarse en un inmueble sin ser detectado por esta clase de dispositivos.

Además, las alarmas portátiles, por norma general, se suelen instalar por cuenta propia y no están conectadas a una Central de Alarmas que esté pendiente las 24 horas y que avise al usuario (y a la Policía, si fuese preciso) de que algo podría ir mal.  Esto implica que, aunque realmente capten la presencia de un intruso, es posible que el aviso pase totalmente inadvertido.

Las alarmas portátiles, por tanto, son una opción económica que puede generar cierta sensación de seguridad, si bien no una seguridad real. Si lo que realmente se busca es proteger adecuadamente un inmueble, la mejor opción es siempre recurrir a empresas especializadas en la materia, como Securitas Direct, e instalar un sistema de alarmas más completo y eficaz.